Después del respiro que significó
el 5-1 ante el Basel por la Champions, y que para muchos fue un chispazo
galáctico que no logró disipar las sombras, el Madrid goleó de visitante por la
Liga a un frío e irreconocible Deportivo La Coruña por 8 a 2. Lo sobresaliente
del partido, además de los tres goles del incansable Cristiano y de la
afirmación del galés Bale y del recién desempacado James, es que el equipo
confirmó que lo del pasado martes ante el Basel no fue un impulso pasajero.
Para los que dudan aún de la conveniencia para el equipo de sostener en cancha a
los cuatro galácticos (Cristiano, Bale, Benzema, James), Ancelotti insiste en
que esa es la fórmula ganadora, y a juzgar por lo visto, el técnico italiano
parece estar saliéndose con la suya, no solo con la alineación titular que esta
tarde-noche en Riazor ha demostrado contundencia, sino con los suplentes que han
respondido a la confianza. Isco, que tras ingresar por el incisivo pero poco
efectivo Benzema, demostró sacrificio en el medio campo y una asistencia para
el segundo de Bale. Ilarramendi, quien sustituyó al silencioso y sacrificado
Modric, dándole equilibrio en la media cancha, algo de lo que tantas veces
adolece el equipo madridista. Y en especial el Chicharito, quien al recibir la
oportunidad por Bale, se despachó con dos goles, el primero de los cuales fue
una verdadera joya en medio de una noche donde hubo, además de muchas
anotaciones, unas obras de gran factura, recordando los mejores tiempos del Madrid
en una cancha en la que no ha sido precisamente de las más afortunadas para los
merengues.
Para destacar los dos goles del
chico dorado Bale, poco espectacular pero efectivo, y el golazo de James, quien
de a poco se afianza en la titular justificando por qué Florentino puso los
ojos en él. No se puede decir lo mismo de la defensa, en la que alinearon
Ramos, Varane, Arbeloa y Marcelo, que en medio del mar de dudas que genera
permitió dos goles al equipo local, uno de los cuales fue un penalti regalado por
el asistente del árbitro central. En el medio campo un Tony Kroos que, como si
extrañara aún la aplicación de su anterior equipo, sigue a la espera de tener
un mejor socio en Modric para afirmarse como el líder del medio campo y el
equilibrio que tanto beneficiaría a este Madrid que con poco sigue cogiendo la
ruta que la afición espera.
Para destacar la rutilante
actuación de James Rodríguez, jugando con el aplomo de un galáctico veterano a
pesar de los pocos partidos, seguro en los pases y en la marca, y dirigiendo el
juego colectivo del equipo, a pesar del individualismo de Cristiano y Bale. Una
actuación en la que, entre otros aportes, le sirvió el tercer gol de la cuenta
de Cristiano después de un extraordinario quite de balón al central del Deportivo
La Coruña, y marcando un golazo desde fuera del área, demostrando los prodigios
de su zurda maravillosa.
En síntesis, una gran goleada que
ilusiona pero ante la que cabe guardar ciertas reservas dado que el rival,
sombra del mítico “Súper Depor” de la década del 2000, no aprovechó los fallos
defensivos, los cuales siguen siendo el principal defecto de este galáctico
versión 2014.
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